Capítulo 3
Había sido un día extraño, la presión se respiraba en Villa Yaguen y el sol estaba empezando a caer. Herman y sus hijos se dirigían al cuartel donde se les darían las noticias que Flink tenia para ellos. La sala de reuniones del cuartel era bastante amplia en la que no había mas mobiliario que una tarima donde se subía quien quisiera hacerse oír. No faltaba nadie cuando de hizo revista de tropas, debían haber unos alrededor de unos trecientos cincuenta soldados de todas las edades, algunos parecían muy mayores o demasiado jóvenes para estar ahí pero pudiéndose acercar días de guerra toda colaboración era poca. Flink no fue con rodeos y en cuanto hubo silencio se dispuso a hablar.
Soldados de Yaguen, me dirijo a vosotros para informaros de nuevas noticias. La tropa de reconocimiento que se mando a Rocknom desde Suarel fue aniquilada a ordenes de uno de los generales del Rey Ladesler, el general Houter. Esto desvela una clara hostilidad de Rocknom sobre nuestra Libia. Dadas las circunstancias partiremos a Suarel donde apoyaremos en cualquier posible ataque de Ladesler, ya que es de nuestras ciudades la mas cercana al enemigo. Poco mas hay que decir compañeros, Rocknom busca sangre y aun no sabemos como toda Rocknom esta a favor de la guerra, suponemos que habrán sido engañados de alguna manera. En dos días partiremos a Suarel donde nos recibirán junto a sus tropas y las demás del reino. Puede que vayan a ser tiempos difíciles, pero es una oportunidad para demostrar la fuerza de nuestros Yags. Descansad amigos, os espera un largo viaje.
Lenn, Herman y Claxan volvieron a casa sin saber como decir a Gilea que iban a tener que partir a Suarel. Suarel era una ciudad fuerte con unas buenas tropas de arqueros, aunque la mejor de Libia se encontraba en mágico bosque de Laurel donde habitaban los extraños elfos. Poca gente había podido establecer siquiera contacto visual con ellos pero las leyendas que hablaban de ellos eran miles. Nadie se atrevía a adentrarse en ese bosque, se decía que entre los árboles habían centinelas que hacían silbar sus mortíferas flechas contra todo aquel que se acercara y que eran grandes dominadores de el arte de la magia. No todos creían que esta raza siquiera existiera, pero no había quien no respetara ese sagrado bosque.
Ya había anochecido y Claxan se reunió con Saron que también acababa de salir del cuartel-
-Hola Claxan, ¿Como te va?
-Bueno... Parece que nos vamos de viaje.
-Si, estoy deseando ver Suarel. Debe de ser una ciudad genial.
Saron estaba bastante entusiasmado con el viaje a Suarel, siempre estaba deseoso de aventuras y ahí le aguardarían bastantes. Claxan y Saron ya habían visitado Suarel alguna vez. Era una ciudad enorme y majestuosa, con un precioso palacio en el que residía Lord Ridley, señor de la ciudad. También abundaban las tiendas, el espectáculo y las noticias del país, así tambien como los ladrones. Los ladrones de Suarel eran una de las más grandes ocupaciones de los soldados de la guardia. Eran astutos, unos genios del disfraz y los dueños de la noche. Como felinos burlaban a la guardia huyendo por los tejados con una gran agilidad. Eran liderados por alguien a quien los ciudadanos llamaron "El Águila", pues desde la torre mas alta de Suarel lo controlaba todo y posiblemente era la persona que mejor conocía la ciudad.
Claxan y Saron seguían el camino a sus casas encontrándose en ese momento en la plaza cuando un chico les paró.
-Eh, vosotros.-dijo apartándose el flequillo de la cara. ¿ Sabéis como puedo llegar al bosque Escarlata?-al oir esto, ambos amigos se miraron extrañados examinando al individuo de arriba a abajo seguidamente. Por la ropa que llevaba, parecía venir de ciudad. Tenía una media melena, un cinturón con distintas hojas de plantas y una pequeña navaja con la que las habría cortado.
-¿El bosque Escarlata? ¿Para que quieres ir ahí?-pregunto Saron finalmente.
-Me llamo Harriet, trabajo haciendo inspecciones para cubrir noticias para la famosa prensa de Suarel. La noticia es: "El bosque Escarlata, ¿Quien hay ahi?" Suena bien ¿Eh?
Ambos amigos se volvieron a mirar sin saber que contestar.
-Es peligroso para que vayas tu solo, hay animales salvajes.-advirtió Claxan.
-Si, ya lo se. Pero tengo que hacer un reportaje sobre la leyenda de los mumuts.
Los mumuts eran otra de las leyendas de Libia. Unas nocturnas criaturas muy territoriales que se movían temiblemente rápido y en silencio. Solo el refinado sentido de un elfo podía advertir la presencia de estas criaturas y quizás también un excelente explorador. A pesar de su rapidez y discreción eran bastante grandes y fuertes. Pero la realidad era que poca gente había vivido para ver con certeza cual era exactamente su aspecto.
Los chicos le indicaron la ubicación del bosque después de haberle repetido que era peligroso pero al joven Harriet parecía no importarle, estaba demasiado entusiasmado por su futuro reportaje.
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