jueves, 4 de noviembre de 2010

La esfera - Capítulo 2

Capítulo 2

Había amanecido, los pájaros cantaban el nuevo día junto a un sol que luchaba por salir. Despertar en Villa Yaguen era estupendo para quien añoraba la tranquilidad. Claxan empezaba a abrir los ojos, parecía que le pesaban hasta que recordó que era el día de reunirse en el cuartel y la gran intriga que tenia antes de irse a dormir le ayudo a levantarse de un salto de la cama. Bajo las escaleras y al entrar en el comedor pudo ver a sus padres y a Lenn desayunando en una mesa donde había una silla libre que se disponía a ocupar.
-Buenos días hijo.-dijo la voz de Herman con mucha energía.
-Come bien, vas a necesitar tu fuerza.-su carcajada de gigante se habría podido oír en toda la casa, pero en esa familia todos se habían acostumbrado, quizás hasta la llegarían a añorar.
Al rato, cuando se levantaron de la mesa Herman quería llevarse a sus hijos.
-Quiero enseñaros algo.-les dijo.
Gilea también se levantó de la mesa.
-¡Cuanta fuerza por la mañana! Mis valientes Yags van a traerme la compra del mercado. Id a buscarla al puesto del señor Marco.-dijo señalándolos con la cuchara de madera. Y fueron sin negarse por miedo de que si dispusiera a utilizarla como arma. Gilea era una mujer buena y alegre, pero podía llegar a tener muy mal carácter.
Cuando Lenn, Herman y Claxan llegaron al mercado ahí estaba Marco.
-¡Hombre! ¿Que tenemos aquí? Herman y sus hijos vienen a por la compra.-dijo Marco con aire alegre.
-Espero que traigáis ganas de trabajar, hay bastantes cosas. Llevaos mi carretilla.
-¡Muchas gracias Marco! Pasa un buen día.-y dicho esto, Herman cogió la carretilla de madera con toda la compra y con alguna ayuda de sus hijos con el peso, fueron de vuelta a casa.
Cuando llegaron Herman les dijo a sus hijos que fueran al jardín trasero para practicar con unas replicas de espadas hechas de madera mientras el iba a devolver la carretilla a Marco.
Comenzaron a chocar las maderas, Herman entrenaba a sus hijos a menudo para que estuvieran preparados para cualquier cosa que pudiera pasar pero a ellos les apasionaba tanto que se lo tomaban como un juego.
Lenn inicio el combate con una gran presión que hacía retroceder a Claxan, ocupado por bloquear todas las acometidas de su hermano, que le llevaba ventaja en técnica y fuerza.
Claxan vio un momento en el que pudo iniciar la contra al haber disminuido su hermano la presión porque lo acorralaba en una esquina de la valla del jardín. Lenn parecía que bloqueaba todos los ataques con facilidad hasta que con un movimiento de su espada desarmó a su hermano y el combate fue suyo. Claxan cogió su espada del suelo y siguieron chocando madera hasta que su padre volvió. Cuando Herman entro en el jardín se quedo mirando el combate sin decir nada y los chicos ni siquiera se dieron cuenta de su presencia. Una vez mas, Claxan estaba retrocediendo a causa de los repetidos ataques de su hermano.
-Claxan hijo, esta bien que dejes un espacio entre tu oponente y tu, pero tienes que ganarle el terreno, hacer que el retroceda.
Parecía que los chicos ni le escuchaban, estaban bastante concentrados. Parecía que Claxan iba ganando espacio y con un hábil movimiento hizo fuerza contra la espada de su hermano hasta hacerle retroceder el brazo y antes de que se volviera a poner en guardia pudo tocarle un punto vital con su espada. El combate había acabado.
-Muy bien hijo, has sabido darle la vuelta a la pelea. Y tu Lenn, no te confíes. Un combate se gana cuando termina, nunca lo ganas de antemano, si en algún momento dejas de dominar, puedes dejar de ser tu el que manda. Debes tener cuidado con esas cosas, no siempre serán espadas de madera.-en ese momento se tubo que poner serio, le preocupaba la idea de que sus hijos se involucraran en cualquier tipo de guerra que se pudiera desatar mucho antes de lo que se esperaba.

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